Todas las historias ya han sido contadas.
Puede que te suene esta frase.
Significa que llevamos miles de años contando las mismas historias. De distinta forma, eso sí, pero siguiendo un mismo patrón.
Desde el hombre de las cavernas que narraba al calor de una hoguera cómo había cazado su última presa, hasta el abuelo que le cuenta a su nieto cómo se conocieron su abuela y él.
A todos nos gusta escuchar historias, por eso es tan importante que el ser humano nunca deje de ser creativo.
Últimamente se habla mucho de la inteligencia artificial y de que muy pronto será capaz de replicar el pensamiento humano hasta el punto de sustituirlo.
No te quiero agobiar con las dimensiones que tendría eso. No es el objetivo de este correo.
De lo que quiero hablarte hoy es de la creatividad y de la importancia del modo en que nos comunicamos con los demás.
Hay un runrún en el ambiente literario que asegura que cada vez son más los escritores que se sirven de la inteligencia artificial para crear sus obras.
Como escritor, si ese uso se refiere a la documentación, no lo considero negativo.
Antes me pasaba horas buceando en libros y páginas web para investigar diversos aspectos relacionados con mis novelas: lugares, leyes, armas, venenos, asesinos, crímenes, tecnología y un largo etcétera.
Ahora puedo obtener esa información de un modo más rápido y centrarme en las fuentes que más me interesan.
Sin embargo, si ese uso de la inteligencia artificial se enfoca a que escriba las historias por mí, tengo claro que dejaría de sentirme escritor.
Te explico por qué.
Escribo desde que era un niño y lo hago porque es mi modo de comunicarme con los demás, compartiendo las historias que llevo dentro.
Cada novela es un reflejo de mis vivencias y de la vida que me rodea.
Disfruto acompañando a mi protagonista en su particular «viaje del héroe» y viviendo con él esas historias que siempre me gustó escuchar.
Historias que ya han sido contadas, pero en las que aporto mis experiencias, miedos, deseos y sentimientos.
Ese es el motivo por el que me siento cada día delante del teclado. Porque quiero crear algo que salga de mí.
Y lo seguiré haciendo, sin importar cuanta gente me lea.
Porque escribir es para mí una necesidad.
Por eso no contemplo que una inteligencia artificial escriba mis historias.
Tengo la inmensa fortuna de que hay muchas personas a las que les gusta lo que escribo, por eso nunca sacrificaría mi creatividad a cambio de ganar más dinero.
Podría decirle a la IA que me escriba decenas de novelas y publicar una cada mes, incluso cada semana. Que me construya historias que solo me exijan maquetarlas, darle al botón de publicar y sentarme a recoger el dinero.
¿Pero realmente eso me haría feliz?
Ya te digo desde ahora que no.
Nada es comparable a lo que sientes cuando creas una historia y luego el lector te cuenta cómo provocó esas mismas emociones en él cuando la leyó.
Crear algo por ti mismo es una de las cosas más bonitas de la vida.
Y no estoy dispuesto a renunciar a ello.
Dentro de una semana sale a la venta mi nueva novela, la sexta de la serie Verónica Cuevas.
Una historia que necesitaba sacarme de dentro por los motivos que te explicaré en el correo de la semana que viene.
Hasta entonces, y para que juzgues por ti mismo si merece la pena que la leas, quiero compartir contigo los primeros capítulos gratis:
Todavía la puedes reservar en preventa a un precio rebajado en el siguiente enlace:
Luego, subirá de precio el día del lanzamiento.
Hasta entonces, espero que encuentres un libro que te enamore.
Nos vemos en el próximo correo.
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