Lo que no esperaba encontrar en Salamanca
La semana pasada estuve en Salamanca.
Es una ciudad que me encanta. Ya la he visitado en varias ocasiones y cada vez que vuelvo, siento que me atrapa.
Me encantan las ciudades históricas. Salamanca, Toledo, Cáceres…
Pasear por sus calles es transportarte a otra época, donde cada piedra fue colocada por hombres que estaban hechos de otra pasta.
No digo que fuesen mejores ni peores, pero, seamos sinceros, hoy en día ya no se construyen edificios así.
Esos castillos, catedrales, monasterios y palacios que levantaron hace siglos te cortan la respiración cuando los contemplas.
Lo cierto es que contemplando esas maravillas me doy cuenta de lo mucho que hemos conseguido a lo largo de la historia. No deberíamos olvidarlo ni permitir que nuestros hijos lo hagan.
Se lo debemos a esas gentes que colocaron las piedras.
Pero volvamos a mi visita a Salamanca.
No sé si lo sabes, pero una de mis novelas se desarrolla allí.
Donde habitan los demonios, la tercera novela de la serie Verónica Cuevas, arranca en Salamanca.
Esa novela es muy especial para mí, porque fue la primera vez que sentí una conexión especial con Verónica. Sé que suena extraño que un escritor diga eso de uno de sus personajes, pero es como lo siento.
Lo que le ocurre y los problemas a los que se enfrenta a lo largo de toda la novela, me ayudaron a comprender mejor a Verónica y empatizar con ella.
Pero hay algo más que quiero contarte.
Para escribir mis novelas, procuro inspirarme en los recuerdos que tengo de los lugares que visito y, cuando no es así, trato de documentarme a través de Google Maps y de las imágenes a pie de calle que muestra esta magnífica aplicación.
Durante esta visita a Salamanca me sucedió algo curioso.
Estaba dando un paseo con Ángel Barrios, un amigo escritor, de esos que llevan muchos años picando piedra para lograr que sus libros lleguen a los lectores.
El caso es que íbamos hablando y, de pronto, miro a mi alrededor y exclamó:
—¡Joder, este sitio lo conozco!
El edificio que tenía delante de mí, el parque que estábamos cruzando… ¡Lo había visto antes!
Me quedé paralizado y le pregunté:
—Este es el juzgado de Salamanca, ¿verdad?
—Sí —me respondió, extrañado.
Era igual a cómo lo había descrito en mi novela. Incluso me giré y me pareció ver a Verónica allí de pie, hablando con la abogada del asesino al que acababan de detener.
No sé si te lo he contado antes, pero esa novela está inspirada en uno de los sucesos más terribles de la historia criminal española.
Tendrás que leerla para descubrirlo, aunque deberás hacerlo después de leer las dos primeras novelas de la serie, para no perderte ningún detalle de la historia de Verónica Cuevas.
Aquí tienes el enlace a la serie.
¡Quién sabe si Verónica u otro de mis personajes volverán a Salamanca!
Yo, desde luego, sí que lo haré.
Porque la magia de lo que escribes reside en las experiencias que vives.
Te lo contaré en futuros correos.
Nos vemos en un próximo correo.
Hasta entonces, espero que encuentres un libro que te enamore.
▶️ OTRA TUMBA OLVIDADA es mi última novela publicada, la octava de la serie Roberto Fuentes.