Un libro nunca se apaga
La semana pasada viví una montaña rusa de emociones, imagino que como la mayoría de personas en España.
Espero que el apagón del lunes no supusiese ningún inconveniente grave para ti y los tuyos.
A Sonia y a mí nos pilló de camino a Sevilla, junto con Sella.
Si me hubiese cogido en casa, todo habría sido diferente. Hace años que estoy preparado para algo así. No tengo un kit de supervivencia, sino más bien una «reserva para eventos apocalípticos», heredado de mis inicios en el género de la ciencia ficción.
Lo digo en serio. Después de escribir Mundo sin futuro, no construí un búnker en el garaje porque luego no tenía dónde meter el coche.
Me encanta el tema apocalíptico —soy así de raro— y procuro tener en casa lo imprescindible para tirar un par de semanas, por si las cosas se tuercen en un momento dado.
Pero esta vez me pilló fuera de casa.
Después de pasar dos gasolineras sin poder repostar por la falta de luz, intuí que sucedía algo extraño, así que encendí la radio del coche y descubrí lo que estaba pasando.
La falta de cobertura para poder hablar con mis hijas fue lo que más nos preocupó, pero por suerte duró poco tiempo. Llegamos a Sevilla sin demasiados contratiempos, gracias a que el Google Maps seguía funcionando.
Luego, cuando vi a la gente caminando por la calle sin agobios y tomando una cerveza en las terrazas —y el Mercadona abierto—, comprendí que estábamos lejos del fin del mundo.
Por suerte, el suceso fue temporal y sirvió para que nos echásemos unas risas conociendo la experiencia de otras personas.
—Yo me tomé un par de trankimazines y me fui a dormir hasta que volvió la luz.
—Mi vecino gritó por la ventana: ¡Se ha ido la luz en todo el planeta!
—Mete más garbanzos al carro, que nos van a encerrar otra vez.
Y yo discutiendo con mi mujer para comprase huevos, convencido de que en el piso de alquiler había sartenes, hasta que me preguntó que cómo pensaba freírlos.
Por suerte, la luz volvió horas después y recuperamos la normalidad, aunque luego vino el segundo problema: el caos en el transporte.
Yo estaba en Sevilla para asistir al evento más importante de escritores independientes a nivel nacional, que se celebraba tres días después.
Os juro que hubo un momento en que pensé que sería el único asistente.
Pero si en algo somos buenos los españoles es improvisando. La organización fue capaz de que todo estuviese listo a tiempo y muy pocos fueron los que no consiguieron llegar al evento.
Lo que sucedió después es difícil de explicar en un correo.
Reencuentro con amigos escritores, el placer de conocer a gente con las mismas ilusiones que yo tenía cuando empecé y charlas con un valor inmenso, con enseñanzas que pondré en práctica las próximas semanas y que espero que os ilusionen tanto como a mí.
Fueron dos días intensos, en los que la escritura fue la protagonista y en los que nos conjuramos para hacer llegar a los lectores las mejores historias posibles.
Antes de terminar, quiero mostrarte 2 fotos.
Esta es de los que acudimos al primer evento en 2022
Y esta del evento de 2025, en la que faltan unos cuantos que ya estaban en el bar cuando se sacó la foto jajajaja
En ambas fotografías verás la misma ilusión, la de los que empiezan y los que tienen mucho camino todavía por recorrer.
La de quienes entienden que estamos haciendo historia y que nuestro oficio va más allá de vender libros.
Porque escribir, en realidad, va de la necesidad de expresarse y compartir las historias que inundan nuestra mente.
De vivir una pasión que da sentido a nuestras vidas.
De saber que hay alguien al otro lado de las páginas que se emociona, llora, sufre y ríe con nuestros personajes.
De que el apocalipsis es más llevadero si tienes un libro entre las manos.
Por estos y otros motivos, seguiré presente en tu vida mientras así lo quieras y el fin del mundo se retrase.
Nos vemos en un próximo correo.
Hasta entonces, espero que encuentres un libro que te enamore.
PD: Se avecinan importantes cambios en mi relación contigo y en el acceso a mis libros fuera de la plataforma de Amazon. Te mantendré al tanto de todo en próximos correos.
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